Vuelve uno, de memoria, a la fila que no hacía, nutrida de la ausencia que nos toca, de todos, ¡paren ya! De mi espacio a cuotas, altas algunas, las de menos miedo y más ira, las de callarse, dormirse callado, o insomne, aturdido por su propia pluma, quieta. Pasar dando tumbos contra el quicio aburrido de las posibilidades. Vuelve uno. Todos puntuales, como un parto que no advierte otro suspiro del tiempo y el aplauso de tantos viejos que lloran de venganza, ¡Paren ya! de mi fila reservada a pulso: rebeldía artesanal de mi madera, ornato del mismo que mostrando -se- esconde. Dejadme por fin mi cara de público, no pisen más su losa pulida.
Este obra está bajo una licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 Colombia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario